Morelia, Mich.- 28 de julio de 2025.- Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, reconoció este lunes la existencia de desplazamiento forzado en el municipio de Apatzingán, en la región de Tierra Caliente, tras los recientes hechos de violencia registrados en comunidades rurales. Aseguró que el Gobierno del Estado ya brinda apoyo a través del DIF y la Secretaría de Gobierno para atender a las familias afectadas.

“Siempre hemos apoyado cuando ocurre una situación de esta naturaleza, ya sea por medio del DIF Estatal o con acciones coordinadas desde la Secretaría de Gobierno”, declaró el mandatario durante su conferencia de prensa semanal, al ser cuestionado sobre el tema.

El pronunciamiento se da luego de que la presidenta municipal de Apatzingán, Fanny Arreola Pichardo, reconociera públicamente la emergencia humanitaria que enfrenta el municipio debido a la expulsión de familias de comunidades como El Guayabo, El Alcalde, El Morado, El Manzo y El Mirador, donde se han reportado enfrentamientos armados en las últimas semanas.

La alcaldesa informó que se puso en marcha un programa de ayuda humanitaria y se instaló un centro de acopio para recibir víveres, medicinas y artículos de primera necesidad. También se habilitó un número telefónico exclusivo para canalizar las solicitudes de apoyo y levantar un censo de personas desplazadas.

Aunque no se han dado a conocer cifras oficiales, autoridades locales estiman que decenas de familias han abandonado sus hogares para refugiarse en la cabecera municipal, en casas de familiares o albergues temporales, ante el temor de nuevos ataques.

Fanny Arreola hizo un llamado a los gobiernos estatal y federal para reforzar la seguridad en la zona y atender con urgencia las necesidades de los desplazados, especialmente niñas, niños y madres en lactancia. También adelantó que se estudia la posibilidad de brindar clases de recuperación escolar con apoyo de docentes voluntarios.

La región de Tierra Caliente ha sido escenario de una escalada de violencia entre grupos criminales rivales, lo que ha derivado en bloqueos, asesinatos y el abandono forzado de comunidades enteras. Mientras tanto, autoridades municipales, federales y estatales coordinan esfuerzos para contener la crisis humanitaria que se vive en Apatzingán.