¡AL MINUTO! Yuridia y Matías: Superando el reto de la infertilidad

“Había una vez…Tantas niñas rebeldes”

FUENTE: Contramuro Noticias en Michoacán / Opinión /

“A todas las niñas rebeldes del mundo, queremos decirles, sueñen en grande, aspiren a más, luchen con fuerza, y, ante la duda, recuerden ésto, lo están haciendo bien”. Favilli Elena, Cavallo Francesca.

Las niñas prohibidas, el insulto de la rebeldía y su acompañamiento, ser rebelde es pagar precios en todas las épocas y etapas de la mujer, ser la rabia encarnada en pequeños cuerpos listos para gritar y hacerse notar, lo que la sociedad, la cultura y el sistema intentan desaparecer. Esas niñas que se cuestionan lo que otros no pueden o no quieren ver, esas que viven siendo señaladas por el dedo imperativo parecido al juicio final, esas a las que nadie quiere porque incomodan con sus argumentos, ideas o simplemente su conciencia, las que sueñan con cambiar al mundo, con vivirlo distinto e impregnar a más mentes antes de que sea demasiado tiempo.

¿Cómo podríamos todas las mujeres extraordinarias ser incluidas en la gran línea de la historia?, ¿Acaso nos tendríamos que hacer espacio obligatorio en esos huecos, o sencillamente reescribirla nosotras?. Deseo que cada lectora en éste pequeño texto, encuentre su propio corazón que confíe en sí, que continúe la sed por la rebeldía ingrata de sabernos enteras, mágicas y revolucionarias.

‘Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes’ resulta ser un texto con más de cien cuentos de mujeres que marcaron la historia y la ruptura de millones y millones de años de opresión, poniéndose como prioridad ante el propio sistemas que nos exige sumisión y obediencia total ante su ideología, ha tomado mi atención principalmente por ser una compilación hecha rotundamente para pequeñas rebeldes, fácilmente digerible para explicar la grandeza de éstas mujeres en la historia, en éste capítulo sólo podré nombrar brevemente a tres de ellas, una activista, una competidora de halterofilia y una pintora.

En un mundo en el que el género no definirá el tamaño de nuestros sueños, ni la distancia que podamos recorrer, será un mundo en el que cada una de nosotras afirmará con confianza ¡’soy libre’!. En palabras mencionadas ya por Elena Favilli y Francesca Cavello, autoras del mismo libro, la libertad del ser es la más importante, libres de pensamientos que anclan el propio vuelo, libres de incongruencias impuestas por la propia religión, libres para tomar nuestro control en la vida misma, libres para decidir sobre nuestras cuerpas, la libertad se expande cuando cada mujer, toma su propio mando, su incesante dirección hacia donde dirigirse.

Amna Al Haddad, levantadora de pesas, elegida porque representa la fuerza física de la que una mujer es capaz de realizar con su propio cuerpo, rompe con la estructura fálica de que sólo el hombre realiza esfuerzos asombrosos, sofoca la fragilidad con la que alguna vez negaron éste deporte para nosotras y destruye el pensamiento obsoleto de sólo servir para la delicadeza.


Amna era muy infeliz, tenía sobrepeso y nada de condición física, un día no quiso más habitar su cuerpo ni los comentarios hirientes de las personas, y decidió salir a caminar. Comenzó corriendo largas distancias, carreras cortas, siguió ejercitándose con el gimnasio, y descubrió la halterofilia como un deporte ideal, para combatir la supuesta debilidad y la resignación de una mujer en su propio país.

Más tarde la federación de halterofilia, permitió que las mujeres musulmanas pudiera realizar éste deporte, entonces encontró la puerta mágica de los sueños que ya eran alcanzables, ‘me gusta ser fuerte’ afirmaba, ‘ser mujer no significa que no puedas ser fuerte como un varón, ¡ incluso hasta más!’. Decía también que el deporte unifica naciones, combina conciencias y cumplía sueños, que cuanto más duras perduraran las situaciones, debes volverte más dura que ellas. ‘Nadie tiene derecho a decirme qué puedo lograr o que no puedo lograr’ – Amna Al Haddad- .

Artemisa Gentileschi, una niña pintora, risueña y majestuosa, impregnada por los recuadros del arte mismo, sensibilizada por las ventanas de la creatividad y el descubrimiento de matices y colores vivientes, su padre la educó en su estudio y su preparación como artista visual. La gente dudaba de ella ¿ cómo podría pintar una niña así?, peor aún, ¡siendo mujer!, en épocas anteriores, las mujeres no tenían lugar en los estudios para sus creaciones, debían llevar un pseudónimo de varón, para así quizá poder mostrarse, o mejor dicho dar a conocer sus obras. Artemisa tuvo un supuesto amigo, que le aseguró enseñarle la técnica para distintas pinturas, aunque para éste, la condición siempre fue ser su amante, tal percance lo llevó a juicio, en el cual enfrentó el yugo de alguien poderoso, tan sólo por su paz y su crecimiento en solitario, otro precio más a pagar por no aterrizar en el mundo de las ideas del varón y la cultura misma. Por supuesto su mencionado ‘maestro’ negó rotundamente el acoso propiciado por su propia boca, nada raro entre éstas figuras masculinas, Artemisa enfrentó grandes presiones, pero no se dió por vencida, obtuvo el reconocimiento de todas sus creaciones, agarrándose con uñas y dientes, para hacerse notar y exigir su lugar entre las más grandes pintoras del mundo.
‘Mientras viva, tendré control sobre mi propio ser’. – Artemisa Gentileschi-.

Balkissa Chaibou, activista , nacida en Nigeria, ella soñaba con ser doctora, fabulosa estudiante en todas las áreas, un día, su padre ya había acordado un matrimonio con su propio primo, por supuesto Balkissa estaba horrorizada ante tal decisión sin su consentimiento, su mente no podía concebir la nula voz que tenía para que alguien más decidiera su propia vida. ¡ No pueden obligarme a casarme, quiero ser doctora!, repetía constantemente en desacuerdo, aún era una niña, cuando enfrentaba ésto, rogaba porque sólo la dejaran estudiar cinco años más, y así alcanzar la mayor parte de conocimiento, un privilegio que todas las mujeres de su cultura no podían poseer, mucho menos imaginar.

Para Balkissa, la sed de seguir aprendiendo aumentó en gigantescas cantidades y ¡qué maravilla!, la felicidad que le invadía por expandir su mente a profundidades infinitas, esperen, la mejor parte, ¡huyó una noche antes de la boda!, salió de su casa y corrió a la estación de policía más próxima, decidió enfrentar a su tío en un jurado.
Aterrada porque se había convertido en una deshonra para la familia, aunque ya había sucedido el poder de la unión, a través de su madre, quien la ayudó a escondidas para que siguiera luchando y no repitiera las ciclos patriarcales de ella y sus ancestras, desgraciadamente las leyes favorecieron a su primo, le lanzaron amenazas y ella tuvo que huir de su propio país. ‘El día que gané el caso, y volví a ponerme el uniforme de la escuela, sentí que mi vida, volvió a empezar’, esas fueron sus palabras al adentrarse cada vez más al universo inmenso del conocimiento. Por su parte continúa su campaña para que otras jóvenes sigan su ejemplo, brindando su apoyo, para que se nieguen a aceptar matrimonios forzados. ‘Estudien con todas sus fuerzas. No es fácil, pero es nuestra única esperanza’- Balkissa Chaibou-.

Así como tantas más, han contagiado e incidido en el pensamiento de otras mujeres, pequeñas y adolescentes, el trabajo de cada una en sus respectivas áreas, nos deja a las demás el campo abierto para aferrarnos a la convicción con la que fuimos llamadas, cada una con su propósito de hacia dónde lanza su aliento de vida, o el último grito, o el comienzo de lo inalcanzable, las niñas rebeldes de papá y mamá, solemos ser todas aquellas que no encontramos lugar aquí, pareciera imposible asomarnos a la puerta de los sueños, a derrocar el sistema comparativo divisor que nos somete, aunque… pensándolo bien, ¿no estamos tan lejos verdad?.

Escribamos, cantemos, actuemos, analicemos, investiguemos hasta que sea lo último puesto en el tablero, aferrémonos a la realidad de que somos creadoras, fuentes de vida, fuertes amazonas al ataque, rebeldes empedernidas con sed de vivir diferente, dispuestas a pagar el precio de ser fieles a la esencia, al corazón que late y que sabe hacia dónde emigrar, a la tomar por la fuerza nuestro lugar, a los sitios que siempre nos fueron negados, es decir, la libertad y la autonomía.

**Los comentarios de la columna opinión son responsabilidad de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de contramuro.com

OTRAS NOTICIAS