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Por Qué los AI Detectors Se Están Convirtiendo en los Nuevos Detectores de Mentiras en la Educación

FUENTE: Contramuro Noticias en Michoacán / A que no sabías /

Antes, cuando un profesor dudaba si un estudiante había copiado, revisaba Google. Buscaba frases exactas. Hoy, eso ya no es suficiente.

Ahora existen herramientas como el AI detector. Programas que analizan textos y dicen si fueron escritos por inteligencia artificial.

Y aunque suenen modernos, muchos los comparan con un “detector de mentiras”. No miden emociones, pero sí patrones. Y cada vez más profesores los usan para confirmar si un estudiante realmente escribió su trabajo.

Un cambio en el aula: menos intuición, más tecnología

En el pasado, los profesores confiaban en su instinto. Conocían cómo escribía cada alumno. Si de pronto un estudiante entregaba un ensayo “perfecto”, con frases largas y vocabulario avanzado, algo no cuadraba.

Hoy, ese mismo texto se sube a un AI detector. En segundos, el sistema dice: “probabilidad alta de contenido generado por IA”.

Y aunque esto puede ayudar, también trae problemas.

El caso de Paula: marcada por error

Paula, estudiante de primer año, escribió un ensayo sobre el cambio climático. Usó libros, vio documentales y tomó notas.

También usó un grammar checker para corregir errores y un summarizer para entender un artículo complicado. Es decir, se preparó.

Su sorpresa llegó cuando el profesor le dijo que el texto parecía “muy artificial”. Había pasado por un detector de ia, y el resultado fue negativo para ella.

Tuvo que explicar su proceso paso a paso. Al final, no la sancionaron. Pero la experiencia fue frustrante.

¿Por qué fallan los AI detectors?

Estos sistemas no leen con comprensión. No saben si pensaste en lo que escribiste. Solo analizan la estructura, el ritmo, la elección de palabras.

Si usas un paraphrasing tool para cambiar frases o un summarizer para sacar ideas, el texto puede sonar diferente a ti. Más ordenado. Menos natural.

Y eso basta para que el sistema lo marque.

Entonces, ¿son útiles o no?

Depende. En muchos casos, ayudan a detectar textos totalmente generados por bots. Como cuando alguien copia directamente desde ChatGPT y pega sin revisar.

Pero también tienen margen de error. Y si los profesores confían solo en la tecnología, pueden castigar injustamente a estudiantes honestos.

¿Son los nuevos detectores de mentiras?

En cierto modo, sí. No miden nervios ni latidos del corazón. Pero buscan señales de que el texto no fue escrito por una persona.

El problema es que no siempre aciertan. Y no todos los estudiantes saben que su estilo puede ser confundido con el de una máquina.

¿Qué hacer si te marcan?

Primero, revisa tu texto. Si usaste herramientas como el grammar checker, eso no está mal. Solo asegúrate de que el contenido siga sonando a ti.

Evita depender totalmente de un paraphrasing tool. Si lo usas, reescribe lo que obtienes. Agrega ideas propias. Cambia el tono. Usa tus palabras.

Si el profesor te cuestiona, explica tu proceso. Muestra tus borradores. Di qué herramientas usaste. Sé claro.

Y si puedes, revisa tú mismo con algún AI detector antes de enviar el trabajo.

¿Se pueden mejorar los AI detectors?

Sí. Con el tiempo, estos sistemas pueden aprender a diferenciar mejor entre escritura natural y textos generados.

Pero todavía están en una etapa donde el error es posible. No deberían usarse como única prueba. Deberían ser solo una parte del proceso de revisión.

El impacto en la forma de enseñar

Ahora los profesores están cambiando su forma de evaluar.

Algunos ya no piden ensayos. Prefieren trabajos en clase, presentaciones orales o respuestas personalizadas.

Otros usan preguntas más creativas. Preguntan opiniones. O piden reflexiones personales. Eso hace más difícil que un bot pueda responder.

Y también anima a los estudiantes a pensar más y copiar menos.

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