Lo que parecía una jornada rutinaria para Erick Martínez, repartidor en motocicleta, se convirtió en un momento decisivo que evitó una tragedia. Mientras circulaba por un puente en la capital de Nuevo León, notó a un hombre mayor al borde del barandal. La intuición y el instinto lo hicieron detenerse sin dudar.
El hombre en cuestión era don Mario, un adulto mayor visiblemente afectado emocionalmente. Había perdido recientemente a su esposa y, además, enfrentaba un diagnóstico de cáncer. Aquel día, la tristeza lo llevó a una situación límite.
“Lo vi y supe que algo no estaba bien. Me acerqué con calma y le hablé. No sabía si mis palabras serían suficientes, pero no podía quedarme de brazos cruzados”, relató Erick, de 32 años, quien asegura que lo motivaron los valores con los que fue criado.
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Poco después de que el joven interviniera, elementos de seguridad del municipio llegaron al sitio para brindar asistencia y asegurar la integridad del adulto mayor. Más tarde, familiares del señor Mario acudieron al lugar y agradecieron profundamente la intervención.
El incidente no tardó en difundirse en redes sociales, donde decenas de usuarios reconocieron la empatía del motociclista. Según trascendió, don Mario se encuentra actualmente en casa, rodeado por su familia y recibiendo acompañamiento emocional.
Este episodio recordó a muchos que, en medio del caos cotidiano, un solo acto humano puede significar esperanza, compañía y, en ocasiones, una nueva oportunidad de vida.
Fuente: Excelsior