Morelia, Michoacán
Como es sabido, en la época de mayor esplendor de la Grecia Antigua se celebraban unos juegos antecesores de las actuales olimpiadas, que reunían en la ciudad de Olimpia a miles de ciudadanos varones, pero en los que no podían tomar parte las mujeres, ni siquiera como espectadoras.
Ello no debe llevarnos a pensar que las doncellas griegas estaban sólo condenadas a las labores del hogar, a criar hijos, a las tareas de pastoreo en los campos a a ponerles ofrendas a Apolo.
Todo lo contrario, muchas amazonas se las arreglaron para participar en los Juegos Hereos, considerados las Olimpiadas Femeninas de la Antigüedad, a pesar de que son poco conocidos.
Según National Geographic, los Juegos Hereos, o La Heraia, como también se les llama, empezaron a celebrarse desde el 580 a.C. en honor a la diosa Hera, esposa de Zeus, diosa del hogar, el matrimonio y la fertilidad, y consistían en una carrera a pie organizada cada 4 años en el Estadio de Olimpia.
Las damas, todas solteras, competían divididas en 3 categorías de edad, en aproximadamente una sexta parte de la distancia que recorrían los hombres, y se movían como bólidos por la pista con el pelo suelto y una túnica corta que dejaba al descubierto toda la zona derecha del torso y llegaba hasta por encima de las rodillas.
Según indica el historiador Pausanias en su “Descripción de Grecia”, las ganadoras recibían coronas de olivo, granadas (símbolo de fertilidad) y carne de una vaca que previamente había sido sacrificada en honor a la diosa.
También tenían derecho a erigir una imagen conmemorativa (probablemente en forma de pintura o escultura) de sí mismas, inscrita con su nombre, la cual sería colocada en el templo de Hera.
Se sabe, incluso, que en ocasiones se hicieron estatuas en honor de las triunfadoras, aunque estas no han llegado a la actualidad.
Durante los Juegos Hereos se realizan, asimismo, presentaciones danzarías y corales, en tanto las llamadas “16 mujeres”, originarias inicialmente de la ciudad de Elis, elaboraban un modelo especial de Peplo o manto tejido destinado a Hera, una prenda que las mujeres utilizaban como atuendo típico.
Según Muy interesante, la carrera representaba un ritual de iniciación previo al matrimonio, un tránsito simbólico entre la adolescencia y el matrimonio, entre el estado salvaje de la niñez y la domesticación del mundo conyugal.
Aunque no está claro si la competición tenía un alcance panhelénico, la iconografía y los hallazgos arqueológicos sugieren que jovencitas de toda Grecia participaron en estos olímpicos desde épocas tempranas para enfrentarse a un mundo patriarcal y machista que las discriminaba y apartaba de los rituales cívicos y religiosos más sagrados.