A bordo del Air Force One de regreso a Washington, el presidente estadounidense lanzó nuevas amenazas contra Europa

Kananaskis, Canadá. La Cumbre del G7 en Kananaskis (Canadá) concluyó este martes con importantes diferencias entre Estados Unidos y algunos de sus principales socios, especialmente la Unión Europea (UE), a raíz de su agresiva política comercial.

La primera jornada estuvo marcada por los avances. El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer, firmaron un acuerdo comercial mediante el cual el Reino Unido evitará determinados aranceles estadounidenses.

Al mismo tiempo, Canadá y EE.UU. acordaron acelerar sus negociaciones para tener listo un nuevo pacto en 30 días. Asimismo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció tras reunirse con Trump que los dos habían acordado también incrementar el ritmo negociador para llegar a un acuerdo antes del 9 de julio.

Pero tan pronto como Trump abandonó de forma inesperada Kananaskis en la noche del lunes por el conflicto armado entre Israel e Irán, la situación se torció para la parte europea.

A bordo del Air Force One de regreso a Washington, el presidente estadounidense lanzó nuevas amenazas contra Europa.

«Estamos hablando, pero no siento que lo que están ofreciendo sea todavía un acuerdo justo», declaró Trump antes de añadir: «O hacen un buen acuerdo o van a pagar lo que digamos que tienen que pagar».

A pesar de sus palabras, Von der Leyen reiteró este martes que las negociaciones prosiguen con avances.

La presidenta de la Comisión Europea afirmó a preguntas de EFE que la reunión bilateral que mantuvo el lunes con Trump fue buena y dio a entender que las palabras del mandatario deben interpretarse en el marco de unas complejas negociaciones.

«El presidente Trump y yo tuvimos una buena e intensa conversación en la reunión bilateral. Estamos en medio de unas negociaciones y es un proceso muy complejo porque la UE y EE.UU. conforman la mayor relación comercial del mundo, valorada en 1,5 billones de euros», explicó.

«Así que, por supuesto, es complejo. Pero estamos avanzando, lo cual es positivo, y he insistido mucho en acelerar el ritmo. Estamos metidos de lleno en las negociaciones y ya veremos adónde nos llevan», añadió.

Pero Von der Leyen también dejó claro que nada está fuera de cuestión cuando se le preguntó si era posible que la UE tomara represalias si a partir del 9 de julio Washington impone los aranceles del 50 % con los que ha amenazado.

La espantada de Trump en la noche del lunes también frustró varios importantes encuentros de contenido comercial que el presidente estadounidense tenía que haber celebrado este martes con México, Brasil, India, Corea del Sur y Australia.

Antes de viajar a Kananaskis, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, había confirmado que se reuniría con Trump en la Cumbre del G7. El principal tema a tratar para el lado mexicano eran los aranceles que Washington ha impuesto a su socio del T-MEC.

En vez del cara a cara, Sheinbaum y Trump hablaron hoy por teléfono. Ninguna de las dos partes ha querido señalar el contenido de la conversación, pero las dos la calificaron como «buena».

Y aunque el G7 pudo aprobar por unanimidad siete declaraciones, incluida una sobre minerales críticos y otras dos sobre inteligencia artificial y computación cuántica, la falta de sintonía entre los socios se ha puesto de manifiesto por el hecho que la cumbre de Kananaskis no ha podido concluir con un comunicado final conjunto.