Morelia, Michoacán
La producción de maíz criollo para el autoconsumo rebasa las necesidades familiares, lo que lleva a la generación de excedentes, lo que podría llevar a pérdidas económicas y el desinterés a la continuidad del cultivo.
Esto según la investigación “Los costos de producción del maíz criollo y su papel en la soberanía alimentaria en sistemas campesinos en la meseta Purépecha” de Merlba Ramírez González, Jeannette Sofía Bayielo Jiménez, Alfredo Reyes Tena, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IIAF) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
El maíz criollo sirve como cultivo para la alimentación humana en la meseta purépecha, pero también es un símbolo para el desarrollo de sus individuos, sus variedades se han adaptado a lo largo de los años a las condiciones ecológicas y culturales que persisten en la región, con la preservación de prácticas agrícolas ancestrales.
Pero su sistema de producción se enfrenta a presiones para la inserción de mercados globales, acceso limitado a tecnologías y financiamiento, por lo que se ve afectada con repercusión a su rentabilidad económica, pues los costos de producción no coinciden con los del mercado.
Merlba Ramírez González expuso que los precios de garantía vigentes de cinco mil 840 pesos por tonelada no siempre son suficientes para cubrir los costos reales de producción, que es cercano a los ocho mil 200 pesos, según los resultados del estudio antes mencionado y que incluyó nueve comunidades de la meseta.
Aunque lo generado por la tierra les permite aportar a su dieta, así como a su núcleo cultural y económico, el patrimonio cultural se encontraría en riesgo por la falta de incentivos económicos especialmente para quienes no alcanzan los costos de producción o su producción rebasa sus necesidades.
“De no canalizarse adecuadamente se traducen en pérdidas económicas y se desincentiva la continuidad del cultivo y entonces, tenemos el abandono del campo y también el abandono de la actividad, especialmente con maíz criollo”.
Se recalcó la necesidad de brindar asesoría y capacitación para que los productores se mantengan en la actividad, con un esquema de producción que eficientiza el uso de recursos, baje los costos de producción sin afectar la continuidad agroecológica del cultivo.