Con una trayectoria en constante evolución, el actor mexicano ha sabido moverse con soltura entre el teatro, el cine y la televisión, apostando siempre por personajes que lo reten y lo transformen

Yazmin Espinoza, colaboradora La Voz de Michoacán

José Ángel Bichir ha demostrado que lo suyo no es sólo seguir un legado, sino construir uno propio. Con una trayectoria en constante evolución, el actor mexicano ha sabido moverse con soltura entre el teatro, el cine y la televisión, apostando siempre por personajes que lo reten y lo transformen.

El intérprete visitó la ciudad de Morelia para anunciar su nuevo proyecto cinematográfico; una producción que no solo celebra el talento nacional, sino que también pondrá en pantalla la belleza de esta ciudad colonial.

En Inter(medio) aprovechamos su paso por tierras michoacanas para conversar con él sobre este nuevo reto, su forma de vivir la actuación y los pequeños rituales que lo ayudan a mantenerse en equilibrio entre rodaje y rodaje.

Cálido, reflexivo y con los pies en la tierra, José Ángel nos comparte su visión del arte, su vínculo con Morelia y algunas recomendaciones que van más allá del cine.

¿Cómo has hecho para encontrar tu voz en el cine y en esta carrera como intérprete?

Muy complicado. Ha sido un viaje tremendo. Tienes que trabajarlo internamente. Yo lo he trabajado de manera profunda para resolverte y sanarte a ti mismo, en este proceso en el que siempre hay juicio, siempre hay comparación. Y también uno mismo se compara y se pone en ese conflicto. Yo me he puesto en ese conflicto cuando no estoy satisfecho con lo que hago o con los logros que tengo, porque me comparo con mis tíos o con gente que está en otros niveles.

Pero ahora, en este momento de mi vida, siento que ese asunto ya se ha resuelto más a nivel personal. A nivel exterior, creo que siguen existiendo conflictos en ese sentido. No lo veo tan fácil. Las oportunidades a veces se les dan más a otros compañeros que no provienen de dinastías. Parece mentira, y la gente no lo creería, pero sí sucede.

Has crecido en una familia de actores, pero has hecho tu propio camino. ¿Cómo ha sido esta experiencia?

Lamentablemente tengo que decir que México sigue siendo, por mi experiencia, un país que sufre el síndrome del cangrejo, y se nota en el deporte, en el arte, en muchos medios. A veces parece que nos disgusta el éxito de los demás. Como los tres hermanos Bichir tuvieron mucho éxito en los años 90 y los 2000, se decía que hacían todo el cine mexicano, que no había cine sin un Bichir, y eso me terminó afectando a mí porque después decían ya llegó otro Bichir, ya no. También pasa que si alguien ha tenido roces o se ha disgustado con alguno de ellos, a mí tampoco me quieren ver ni en pintura. Sin embargo, espiritualmente, trato de no cargar con eso y de quitarle el peso. Es lo más sano.

Cada actor tiene su método. ¿Cómo te preparas para un personaje? ¿Hay algún ritual, ejercicio o herramienta que nunca falla?

Creo que soy muy afortunado de venir de una familia de actores, también por el lado de mi madre. Para mí, actuar se da de forma muy natural. A veces hablo con compañeros y me cuentan sus técnicas, cómo estudian, cómo se preparan... y me doy cuenta de que yo no sigo exactamente esos métodos que suelen enseñar en las escuelas. Mi escuela ha sido mi familia y la experiencia. Me considero un actor muy intuitivo y, como dice mi abuelo Alejandro, muy nato. Trato de no complicarme la vida, de no intelectualizar demasiado las cosas. Eso me sirve. También he escuchado de actores que admiro, que actuar no es pensar, sino accionar. Y para eso necesitas relajación y confiar en tu intuición.

Por supuesto que hay que estudiar el guion, entender bien al personaje, eso es básico. Pero me dejo guiar mucho por la conexión emocional que tengo con la actuación desde niño, por lo que aprendí y absorbí de mi familia. Por ejemplo, mi hermana daba clases de actuación y a veces se sorprendía de todo lo que sabía porque eso no se lo habían enseñado a ella en la escuela. Esos conocimientos venían de lo vivido en casa. Fue un aprendizaje fuerte, inconsciente, desde muy pequeño.

En medio del trabajo, los viajes y las largas jornadas de filmación, ¿cómo cuidas tu bienestar físico y mental?

Trato de meditar. He tenido muchos altibajos, la verdad. Trabajo en cine desde los 15 años, ha sido una gran aventura, pero también agotadora. No me considero un maestro zen, pero la meditación me ha ayudado mucho. Durante los rodajes es difícil mantener una rutina porque todo cambia: los horarios, los climas, los vuelos. En México, además, el trato al actor suele ser más rudo. En Hollywood los cuidan mucho más. Aquí es más difícil encontrar esos espacios de relajación, pero los busco cuando puedo.

IG. joseangelbichir

SUS FAVORITOS

¿Actor o actriz que admires?

Ewan McGregor me parece brutal. Entre los mexicanos, admiro a varios: Jiménez Cacho, Damián Alcázar, Gael, Diego... y por supuesto, a mi familia.

Actrices: Ana Ofelia Murguía, Irene Azuela, Ilse Salas.

¿Película que te haya marcado?

Interestelar, me gusta muchísimo.

Mexicanas... yo creo que las del cine de oro. Las de Tin Tan son buenísimas.

Cita:

“El cine de oro es para estudiarse. Respeto a todas las otras épocas pero el cine de oro debería estudiarse y deberíamos regresar un poco a ese estilo. Hay que dejar de replicar el cine estadounidense y volver al origen de la historia del cine mexicano.”