Cada 22 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto, una fecha impulsada por organizaciones sociales, ambientales y comunidades afectadas para visibilizar los impactos negativos de este tipo de minería, que ha generado conflictos en distintas regiones del mundo, incluido México.

La minería a cielo abierto es un método de extracción que remueve grandes extensiones de tierra para obtener minerales como oro, plata o cobre. Para ello, se utilizan explosivos, grandes cantidades de agua y sustancias químicas altamente tóxicas, como el cianuro.

Este modelo extractivo ha sido señalado por causar graves consecuencias:

  • Deforestación y destrucción de ecosistemas
  • Contaminación del agua, suelo y aire
  • Desplazamiento de comunidades
  • Afectaciones a la salud
  • Agotamiento de recursos naturales

En países como México, comunidades indígenas, rurales y campesinas han encabezado luchas para frenar proyectos mineros en sus territorios, defendiendo el medio ambiente, su salud y formas de vida tradicionales. Muchas veces, estas resistencias enfrentan amenazas, criminalización o violencia.

El objetivo del Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto es denunciar estas situaciones, exigir el respeto a los derechos humanos y ambientales, y promover alternativas sostenibles que no pongan en riesgo la vida de las personas ni la del planeta.

“El oro no se come, el agua sí” es una de las frases que resume esta causa. En un contexto de crisis climática y escasez de agua, la defensa de los territorios cobra cada vez más fuerza y urgencia.