En México, este Día Internacional de las Remesas se conmemora con preocupación, debido a impuesto que EUA busca cobrar a estos envíos de dinero.
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Este 16 de junio se conmemora el Día Internacional de las Remesas Familiares, fecha establecida por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), una agencia especializada de las Naciones Unidas, con el objetivo principal de reconocer la contribución crucial de los más de 200 millones de trabajadores migrantes en todo el mundo que envían dinero a sus familias en sus países de origen.
En México, donde las remesas representan aproximadamente el 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB), y hasta el 10% en algunas entidades federativas, estos recursos que los migrantes mandan a sus familias, podrían verse disminuidos debido al impuesto que el gobierno de Estados Unidos busca aplicar.
Las remesas son una fuente vital de ingresos para millones de hogares, especialmente en países en desarrollo, ayudando a reducir la pobreza, mejorar la nutrición, la educación y la salud, por lo que su impacto socioeconómico es muy grande en la economía de México y de las familias que dependen de estos flujos financieros.
El impuesto del 3,5 % a las remesas propuesto en Estados Unidos podría reducir en hasta 2,000 millones de dólares los envíos hacia México en 2025, lo que pondría fin a una racha de cifras históricas anuales en este rubro desde la pandemia, advirtió Carlos Serrano, economista jefe de BBVA en el país.
Serrano detalló que el nuevo gravamen aprobado por la Cámara de Representantes estadounidense —aún pendiente de revisión en el Senado— afectaría principalmente a trabajadores mexicanos indocumentados, quienes no tienen posibilidad de reintegrar el impuesto a través de la declaración fiscal, como sí podrían hacerlo ciudadanos o residentes.
En 2024, las remesas enviadas a México superaron los 64.700 millones de dólares, pero con la nueva medida fiscal BBVA estima una caída de hasta 2.000 millones de dólares.
“El impuesto a las remesas desde luego es negativo, pero creemos que el efecto no va a ser tan grande porque existen otros canales para enviar recursos a las familias de México”, comentó.
No obstante, la reducción prevista pondría fin a un ciclo de crecimiento sostenido por cinco años, iniciado en medio de la pandemia de la Covid.
Además del impuesto, BBVA señala otros factores que incidirán en esta desaceleración, principalmente la pérdida de dinamismo en el mercado laboral estadounidense.
“Con la baja en el empleo en EE.UU., lo que creemos es que, en principio, las remesas no van a crecer este año”, detalló.
Pese a este panorama, Serrano anticipa un repunte temporal en el último bimestre de 2025, debido al temor entre los migrantes de que el impuesto entre en vigor en 2026.
“Lo que sí creemos es que en noviembre y diciembre puede haber una entrada muy fuerte por aquellos que crean que se van a ver afectados y van a enviar mucho justo antes de que entre en vigor (el impuesto previsto para 2026)”, indicó.
Este fenómeno podría incluso traducirse en un crecimiento marginal del 3 o 4 % al cierre de 2025, abundó.
Serrano también señaló que, si bien el impacto del impuesto podría considerarse limitado en términos relativos, se trata de una medida regresiva para los que menos ganan, dado que los migrantes indocumentados perciben hasta 30 % menos ingresos en promedio que los que ya tienen residencia.
Por último, advirtió que esta medida representa una doble tributación, ya que los ingresos con los que se envían remesas ya pagaron impuestos en Estados Unidos, aunque legalmente esto no la haría inválida, como ha advertido México.