Morelia, Michoacán
Primero La Gran Familia. Luego, albergues y anexos. Ahora, la incertidumbre. A más de 10 años del desmantelamiento del refugio regenteado por Rosa del Carmen Verduzco, Mamá Rosa, sus hijos se encuentran a la deriva, sin recibir justicia.
De acuerdo con Eduardo Verduzco, quien residiera en el albergue de La Gran Familia, en Zamora, se han detectado al menos 10 personas egresadas del sitio que ahora están recluidas, sin su consentimiento, en anexos y similares.
Asimismo, una cifra no determinada ha cometido suicidio o ha sido reclutada por grupos delincuenciales.
Esto, sin que autoridades como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal asegure el bienestar de las personas afectadas, o la Comisión Estatal de Atención a Víctimas (CEAV), para dar seguimiento a los afectados.
En Michoacán, pero también en Jalisco, Ciudad de México y Tamaulipas, se han encontrado estas personas, en condiciones de alta vulnerabilidad, agregó.
Eduardo Verduzco destacó el caso de una joven que fuera retirada de La Gran Familia, luego de su desmantelamiento, y posteriormente pasara por anexos y refugios para tratar problemas de adicciones, donde ha sufrido, de nueva cuenta, violencia.
Fueron 536 niños y adolescentes los qie permanecían en la instalación de La Gran Familia, en 2014, cuando la organización, encabezada por Mamá Rosa, fue desmantelada bajo acusaciones de malos tratos, abusos y otros.