Islamabad, Pakistán

Un periodista fue sorprendido y arrastrado por corrientes intensas durante una transmisión en vivo que realizó cerca de la presa de Chahan, en Rawalpindi, al sur Islamabad, la capital, uno de los centros urbanos más afectados por las inundaciones que afectan a amplias zonas de Pakistán.

El incidente se produjo cuando el reportero se situó con el agua hasta el cuello, sosteniendo su micrófono, para informar sobre el comportamiento letal de la presa, y fue súbitamente barrido por la fuerza de la corriente.

Imágenes difundidas en Facebook, muestra al hombre resistiendo con valentía el empuje del agua, mientras solo se ven su cabeza y la mano con el micrófono antes de desaparecer bajo la ola.

Las imágenes se volvieron virales en redes sociales, y han generado una fuerte reacción: varios usuarios en redes cuestionaron la decisión de transmitir en condiciones tan peligrosas, tachándolo de acto de “valiente, pero imprudente”, al mismo tiempo que acusan a los medios de priorizar el rating sobre la vida del equipo.

En X un internauta preguntó: “¿Fue esto periodismo necesario o peligroso truco para audiencias?”, reflejando un sentir colectivo.

Otros subrayaron la falta de protocolos de seguridad y la presión por la exclusividad informativa en situaciones de desastre.

Organizaciones internacionales como Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas han señalado reiteradamente la necesidad de que los medios cuenten con equipos y entrenamiento adecuados al cubrir emergencias naturales o conflictos bélicos.

Las lluvias monzónicas han azotado este año a Pakistán con una intensidad inusual. El colapso de estructuras como la presa de Chahan ha provocado inundaciones en barrios enteros y bloqueado carreteras, mientras los residentes enfrentan escasez de agua potable y electricidad.

Las lluvias han provocado la muerte de 116 personas, mientras que 250 están heridas, según cifras oficiales.

Las autoridades han declarado emergencia, mientras los equipos de rescate trabajan sin descanso en medio de infraestructuras colapsadas.