Una cámara de seguridad reveló un acto que ha generado conmoción en Zapopan, Jalisco: dos mujeres de la tercera edad fueron grabadas mientras dejaban presuntamente alimento envenenado para una camada de gatitos recién nacidos. El suceso ocurrió a plena luz del día, afuera de un taller ubicado en la calle Volcán Momotombo, en la colonia Colli Urbano.
El video, que rápidamente se viralizó en redes sociales, muestra a las mujeres bajando de un auto blanco y colocando comida frente al establecimiento. Según testimonios de vecinos y reportes preliminares, al menos tres de los ocho gatitos que vivían en el lugar murieron horas después, mientras que el resto permanece en observación o no ha sido localizado.
Los residentes de la zona, alarmados por el ataque y el riesgo que esto representa para otras mascotas, han comenzado a organizarse para identificar a las responsables. Temen que más animales puedan ser víctimas de envenenamiento y han solicitado ayuda ciudadana para localizar a las agresoras, ya que el vehículo involucrado no es conocido en la comunidad.
Por su parte, la Policía de Zapopan ha exhortado a los afectados a presentar una denuncia formal para que se pueda iniciar una carpeta de investigación y proceder conforme a la ley.
En Jalisco, el maltrato animal está tipificado como delito y puede acarrear consecuencias legales severas. El Código Penal estatal establece sanciones que van desde multas económicas hasta penas de prisión para quienes causen daño o la muerte a un animal.
En concreto, el artículo 306 contempla castigos de seis meses a tres años de cárcel para quien provoque intencionalmente la muerte de un animal. Las multas pueden alcanzar hasta los 103 mil pesos, dependiendo de la gravedad del caso y de la reincidencia.
Este caso ha reabierto el debate sobre la impunidad en delitos de crueldad animal y la urgencia de aplicar la ley sin distinciones, incluso cuando los responsables son adultos mayores.
Organizaciones animalistas locales ya se han pronunciado exigiendo justicia y protección para los animales callejeros, que suelen ser las principales víctimas de actos de violencia encubierta.
Fuente: Excelsior